LUSTRO
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Cinco años que han pasado en un suspiro, cinco años que para algunos han supuesto uno más de tantos lustros pasados, rozando ese intangible hito que marca la plenitud de la madurez y con ello, la mitad de nuestra existencia.Cinco años que, desde el punto de vista de los protagonistas de su primer lustro de vida, han sido esenciales en su desarrollo, aunque ellos no lo perciban así todavía.Aquel bebé amoratado y rabioso que inhalaba su primera bocanada de oxígeno hoy se ha convertido en un lozano infante, lleno de energía, derramando simpatía por doquiera que vaya, un pequeño hombrecito en ciernes que, desgraciadamente, posee demasiadas concomitancias con sus rendidos progenitores.
Los cinco primeros años de su vida que se han ido desgranado por etapas bien definidas.Desde la leche materna, noches en vela, pañales omnipresentes, llantos incomprensibles, rictus mecánicos hasta la autonomía de esfínteres, una cierta autonomía personal, las rabietas que denotan una acusada y fuerte personalidad, teñida de la herededa mala uva, y una sonrisa que cautiva desde la distancia.Es un niño feliz que hace feliz a sus padres y que durante su segundo lustro de vida seguro que será capaz de alcanzar mayores cotas de felicidad.Y todos los que sean padres saben que la medida de su propia felicidad queda cifrada en la felicidad de sus hijos.Muchas felicidades, campeón.
Saludos.
Etiquetas: Narcisismo
3 Comments:
Chiquillo, y la de cacas y mocos que habrás limpiado tú en esos cinco años?!
Demo:
Y lo que nos queda por delante¡¡¡
Agur.
Me quedo con tu frase final. Es genial: "... los que sean padres saben que la medida de su propia felicidad queda cifrada en la felicidad de sus hijos"
Estoy totalmente de acuerdo contigo.
Muy bonito post!
Saludos desde el Perú!
J
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