DONANTE

Existen numerosos alicientes y motivaciones para que una persona enfoque su vida hacia la búsqueda de la felicidad.Pero lo que es común para todos y cada uno de nosotros es la coincidencia en que lo que de verdad importa, de hecho lo único que importa, es nuestra propia salud.Parece claro que sin plenitud de cuerpo y alma cualquier otra consideración queda relegada a segundo plano.Y si uno no se encuentra física o anímicamente bien resulta difícil disfrutar de las situaciones que nos presenta la vida.

Ciertas personas sufren anomalías fisiológicas que para su alivio, curación o recuperación requieren fluidos u órganos humanos que actualmente sólo pueden obtenerse de otros seres humanos, ya sean vivos o muertos.Que duda cabe que la donación de tales elementos indispensables para esos pacientes que precisan urgentemente de ellos es de carácter voluntario.Si lo pensamos fríamente, en cualquier momento de nuestra vida cada uno de nosotros puede llegar a necesitar de la ayuda ajena para sobrevivir.Y, en muchos casos, es justamente en ese crítico instante en el que nos damos cuenta de esa circunstancia.

Desde esta humilde tribuna quiero agradecer públicamente a todo ese colectivo humano que desinteresadamente, en un acto supremo de generosidad y altruismo loable, contribuye con un pequeño pedazo de su cuerpo a que otros seres humanos necesitados puedan sobrevivir, curarse de sus dolencias o simplemente aliviar y paliar su sufrimiento.Anónimo donante, gracias por regalar vida a otros que perciben como la suya va escapando poco a poco de su cuerpo.

Saludos.