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viernes, marzo 16, 2007

DEBELAR

Enfrascado en probar diversas combinaciones semánticas, inspirado por una simple referencia de otro vocablo, alguna vez he dado con este singular verbo que jamás escuché pronunciar por boca de hablante español.Y a pesar de las razonables dudas que albergaba acerca de la existencia de tal voz, resulta que es una palabra castellana perfectamente recopilada por el sacrosanto diccionario de la R.A.E.

debelar.

(Del lat. debellāre).

1. tr. Rendir a fuerza de armas al enemigo.


Puede soñar extraña al oído del españolito medio, aunque conozcamos otras acepciones similares para designar algo parecido como arrasar, destruir, asolar, sojuzgar o derrotar.Repasando los avatares históricos desde la más remota antigüedad, se puede constatar como una constante atemporal una abundante crónica de debeladores y debelados sobre la que se ha tejido nuestra civilización actual.Sin duda, un abrumador porcentaje de enfrentamientos de índole bélica entre seres humanos ha finalizado mediante una debelación.Algo que permanece plenamente vigente, a pesar de los formidables avances tecnológicos, sociales, culturales, industriales que ha experimentado nuestra vida sobre el planeta.

Frente a la persuasión, el diálogo, la tolerancia y la comprensión se alza el muro de la fuerza como razón preponderante sobre cualquier otro tipo de consideración.A diferencia de esa lista de cualidades, que precisan de su cultivo y cuidado, la fuerza simplemente se ejerce sin ningún tipo de cortapisas.Escandalizados estarán dentro de sus tumbas aquellos preclaros ilustrados europeos del siglo XVIII, los Diderot, D'Alembert, Rousseau, Montesquieu, Jovellanos, que fiaban el progreso de la humanidad en la fuerza de la razón.Mal que les pese y nos pese, es la razón de la fuerza la que sigue imponiendo su tiránica ley.Y si nos debemos doblegar, que sea debelados a fuerza de razón, en ausencia de AK-47 o medios de desinformación masivos.¿Osarás debelarte?.

Saludos.

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